Mi nombre es Ana Sánchez, nací en Barcelona en 1968. Soy una de esas personas afortunadas que se dedica a nivel profesional a aquello que le apasiona, la psicología. El  camino no ha sido recto ni fácil, pero ¿quién ha dicho que eso debía ser así?

​

Me licencié en psicología por la UAB en 1992. Durante y después de la carrera, por circunstancias personales, me dediqué a otros menesteres laborales alejados de mi formación académica. Creí que ese era un tiempo perdido, en lo que a crecimiento profesional se refería, pero visto con perspectiva, estaba confundida, porque todas y cada una de esas experiencias me han aportado una visión más amplia del juego de la vida.

 Desde hace más de veinte años, me dedico en exclusiva a acompañar y ayudar a adultos y adolescentes que padecen algún trastorno afectivo, social o emocional.

​

La base de mi terapia es cognitivo conductual y he incorporado todas y cada una de las herramientas que he considerado positivas para enriquecer el tratamiento: hipnosis, EMDR o PNL son algunas de ellas.

Considero a cada individuo un ser único e irrepetible, por ello necesito conocer bien el punto de partida en el que se encuentra, su mentalidad y circunstancias, para avanzar, en la mayor brevedad posible, hacia el objetivo emocional deseado. Me gusta que el proceso de cambio sea natural. A veces, incluso ni la persona sabe cómo ha llegado a sentirse mejor.